lunes, 17 de enero de 2022

72. - LA POST POST CUARENTENA


Pues bien, hemos llegado al 2022…VIVOS!! Si, tenemos, debemos, podemos sentirnos exitosos, lo hemos conseguido, pasamos el temeroso 2020, sobrevivimos al desesperante 2021 y llegamos con vida al 2022, entonces que haces, tomas aire profundo, decides retomar un poco de tu vida, te animas a recuperar al 45% tu vida y ¡qué! ¡Qué! En un pestañar de ojos te contagias con la nueva variante, gracias OMICRON. Bien yo me siento exitosa a pesar de eso, tuve la oportunidad y la fortuna de recibir la 3era dosis, entonces digamos que los síntomas me han dado “suaves” y quiero decir suaves porque no estoy en el hospital y mi saturación de oxígeno esta tal como siempre, quitando eso, un día y dos noches estuve al borde de la desesperación, con dolores de garganta mortales y tos que me hacía pensar en devolver hasta el pavo de la cena navideña. Este mes hay una cantidad de contagios interesante, antes era 1 en un millón encontrar un positivo entre tu círculo cercano, ahora es más difícil encontrar un negativo entre tu conocidos, hasta el más cuidadoso ha caído y donde menos te lo imaginas, ahí te contagias. Ciertamente yo lo hice de la manera más estúpida posible: me fui a un matrimonio con 100 personas, y según yo estuve con mascarilla toda la fiesta (videos a los que recientemente tuve acceso, me muestran a mí bailando y cantando con mis amigos en medio de la pista de baile ¿y qué creen? Sin mascarilla claro, no es cierto lo que dice la filósofa Thalia, eso de que si no me acuerdo no paso, bueno esto no me acuerdo, pero el examen de antígenos dice que si pasó) Estupidez mía, asumo, así que después de unos días de negación, estoy asumiendo mi encierro de 14 días de la manera más civilizada posible.  

El camino a la aceptación es siempre complicada, de hecho el día anterior a la prueba, me empezó un ligero malestar, pero dije: bah! Es alergia, es el clima, es la lluvia, es el polvo, es la intolerancia a la lactosa, es una reacción al nuevo shampoo, todo pretexto me fue útil, hasta esa noche que no pude dormir porque no pasaba saliva y tenía la garganta en llamas, me ardía, como si hubiera un incendio forestal en las amígdalas, lo que me producía unas nauseas mortales, un momento, ¿nauseas? Por 3 segundos se me congeló la sangre, repase todos los pasos durante la fiesta y solo, solamente podía ser una enfermedad viral y no esas que a los 9meses se curan. Ese día tenía que irme a hacer la prueba sí o sí. Cuando entre al laboratorio, me dieron ganas de toser, disimule para que nadie se asuste, igual el vigilante me miró receloso, detrás de mío un señor descaradamente estornudo sin taparse con el brazo, el vigilante y yo lo miramos con cara de profundo asco. 

Me dijeron que en una hora y media me darían el resultado, yo seguía en negación, pensando que me saldría negativo, en mitad del camino a casa me llego el mensaje diciéndome que era positiva. No me dieron ganas de llorar, no me dieron ganas de gritar, llegue a casa me abrigue y le avise a mi familia lo que había pasado: lágrimas, llanto, cuadre y comprensión, en ese orden. Tengo la enorme fortuna, para estos casos, de vivir sola y más aún lleve a mi hija perruna a la casa de playa de mis papás para que veranee con ellos, así que como se diría: no tengo ni un perrito que me ladre, lo que me da paz ¿saben? Porque dentro de todo, no estoy contagiando a nadie, menos a mi familia. Cosas raras de la vida, al día siguiente de dar positivo, me sentí fatal, como que hubieran abierto sucursal del 9veno círculo del averno en mi garganta y como si la bruja Úrsula, de la sirenita, se hubiera llevado mi voz y claro asumir todo eso sola(sí, déjenme creerme la sirenita dos segundos pues, estoy enfermita :s). Tome un vaso de leche tibia y me metí a mí cama, a intentar dormir, obviamente no podía porque estaban cocinando 50 parrillas en mis amígdalas, me puse a pensar que estaba sola, que estaba enferma, que tenía covid, que estaba lloviendo, ósea todo lo malo se me vino a la cabeza…pero, no tardó mucho en entrarme la razón, me encanta esos momentos en los que yo misma me desahuevo: ¡ya párate carajo!  Me saque la pijama, sacudí todo, ventile los espacios, llene mi toma todo de agua tibia y le dije al bicho: VAMOS PUES, PARAO Y SIN POLO, no iba a dejar que además de todo, que me enferme también el alma.  Saque un par de libros que tengo sin terminar, me propuse encontrar esos polos que tengo perdidos hace meses, sacudí mi mesa de noche, busque esas series que siempre quiero ver y no puedo y las puse en la lista; procuré encontrar alguna ocupación. He seguido los consejos de todos mis amigos médicos, y de mis conocidos y familiares covitosos, lo siento no sé si es correcto decirlo así: Inhalaciones de eucalipto, paracetamol 1g cada 8 ( me detengo aquí, para decir que el inventor del paracetamol debe de tener un sitio privilegiado en el cielo, junto a los más chéveres allá arriba) naproxeno para la inflamación, gárgaras de agua con sal y si es que me dicen que hay que bailar el garrapicho 3 veces al día cada 8 horas, juro que lo haré. He hecho todo y al día sgte. Del día D, día en el que sentí que me iba a la mismísima mierda misma, puedo asegurarles que me sientí al 70%, y hoy ya estoy en franca recuperación. Sé que soy una de las privilegiadas, debe de ser porque tengo las 3 dosis y porque mis defensas me aman y no he tenido más síntomas que el de la garganta y la tos, pero agobia saber que día a día hay más contagios en mi círculo cercano, hasta de los que más se cuidan. Bien pues, esta post post cuarentena nos está obligando a extremar cuidados y a asumir esta nueva nueva nueva, muy nueva realidad, así nos va a tocar vivir de aquí en más, así que apechugemos y abracemos con amor nuestras KN95 y vamos por todo, sigamos viviendo la vida y no dejemos que la vida nos viva, pero con mascarilla mis amores y su alcoholsito siempre.

 

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