82. El síndrome
de la vieja de mierda
Convengamos que ya les conté que estoy por llegar al 4to piso, entonces a estas alturas de la vida se me han ido agotando algunas cosas; si claro, el liquido de las articulaciones, porque me ha empezado un dolor de rodilla, que no entiendo y que cada vez que estoy en el gym, sueno más que maquina oxidada, ¡ok si! También se me agotaron los cartílagos que hay entre vertebra y vertebra de la columna y por no haberle hecho caso nunca a mi mamá y mi tía y nunca haberme parado derechita, hoy tengo unos dolores de espalda, que me empiezan como un calambre en la cintura y terminan en el cuello, jodida situación que me viene pasando con más frecuencia que ante, también se me han agotado un poco los conos y los bastones de mis ojos- no tienen nada que ver, lo sé pero me parece divertidísimo imaginarme mi cornea con su bastón por el ojo y el iris poniendo conitos naranjados- pero ya no veo tan bien como antes, de nuevo por no hacerle caso a mi mamá y ver la televisión tan cerca, motivo por el que me tengo que poner lentes; ni que decir con los oídos, que seguramente y de nuevo por no hacerle caso a mi santa madrecita y escuchar a todo volumen con los audífonos, y peor ahora que tengo unos con cancelación de ruido, maravillosos, igualito como Pedrito Pascal caminando entre florecitas naranjadas y amarillas; solo que los míos me costaron 50 solcitos en siglo XX, claro que efecto de eso contesto las llamadas con el altavoz, sinceramente no creo que sea por los audífonos ¿o sí? Bueno eso tampoco es lo que se me a acabado, menos la melanina que da color a mis santos y sagrados cabellos, motivo por el que tengo que urgentemente tapar las canas de alguna u otra forma; tampoco quiero hablar del colágeno que debería estar manteniendo firme la piel de mi cara y demás partes del cuerpo; menos quiero mencionar que se me agoto la gravedad que mantenía firme y erguidas a mi par de amigas; muchísimo menos quiero hablar del inexplicable motivo, por el que ahora al toser y estornudar se me sale la pis, ¡carajo, cuando ni madre soy! ¡no! No quiero hablar de esos agotamientos, ya otro día hablaremos de los dolores reumáticos a los que nos enfrentamos día a día los que estamos cercanos a la 4ta dimensión, de lo que quiero hablar ahora es que lo primero que se ha agotado, sin opción a terapias paliativas, vitaminas mágicas, masajes reconstructores, tintes, bótox ¡SIN OPCIÓN A NADA! Es la paciencia pues ¡carajo! Lo siento exabruptos que no puedo controlar. Pues bien, no sé si es solo en este país, pero tenemos la costumbre de hacerlos los pendejos, los cojudos o al menos de dejarnos hacer sentir como tal. Por ejemplo: ayer tuve que desgraciadamente ir a la municipalidad a hacer un trámite, las colas infernales que hay en estos lugares, en fin, me puse en el lugar en donde correspondía seguir la cola, esperé media hora y empezaron a moverse y una señora se puso delante de mi ¿PERDÓN? Que la cola es para el otro lado me dijo, la señora acababa de llegar, y sin concha ni pana se paró delante de mí y se zurro en mí, bueno en cualquier situación me hubiera quedado callada ¿saben? Era una de esas viejitas de pelo blanco y bastón, que llegan tarde a misa y cuando la misa esta llena, van y se paran en la primera fila, esperando que el que esta sentado ahí se pare y les de el sitio, porque ellas son pues viejitas, de esas que no piden permiso se meten nomas a la fila, no a la preferencial, no, a la regular y delante de ti; tome aire, porque venía de hacer una cola de dos horas en otra apestosa institución del estado, le dije señora yo estaba ahí, no me moleste me dijo, señora yo estaba ahí, váyase atrás me dijo metiéndome el cuerpo, tome aire, y le dije mire señora, nada más porque está usted mayor y seguramente esta sorda le voy a regalar mi sitio, ya que me da pena que haga mas cola, y para mis adentros me dije: VIEJA DE MIERDA. Que tal de esas veces que estas en algún lugar y alguien te pisa y no tiene la más mínima delicadeza de decirte lo siento, antes dejaba que sigan caminando y me sacudía el zapato mientras me sobaba el pie, ahora no pues: ¡OYE BABOSASO NO TIENES OJOS, TARADO! Me sacudo el pie y paso al lado de ellos metiéndoles un empujón. El domingo estaba cruzando la pista y un carro que venia a toda velocidad me toco el claxon para que avance más rápido, Ah no compadre: QUE TE PASA IMBÉCIL NO TIENES OJOS, DONDE TE HAN REGALADO EL BREVETE ANIMAL. Que tal esos choferes de combi que llenan el carro hasta donde ya no cabe ni tu dignidad dentro del vehículo, antes era ¡ay que incomodo ja ja ja! Ahora es: OYE ESTÚPIDO NO ESTAS LLEVANDO BORREGOS, NO TE VOY A PAGAR.
Me pregunto como antes podía pasar todas estas cosas sin chistar, sin decir ni pio; en pocas palabras me dejaba ver la cara de cojuda con toda calma y tranquilidad sin oponer resistencia, será que no es que se me acabo la paciencia, sino que finalmente me sé dar el trato que me corresponde. Vamos gente, dejamos todo el tiempo que la gente nos trate como si nos estuviera haciendo un favor, cuando la mayoría de veces estamos pagando por el servicio o les pagamos a las personas que están atendiendo – ardo en ganas por ir donde uno de esos doctores que trabajan en el seguro y se sienten que están haciendo el favor de su vida ¡infelices! - Creo que finalmente a los 40, uno ya se cansó de que lo agarren de su cojudo y ya nos sentimos merecedores de un trato decente – cuan equivocada he vivido diciéndole viejo de mierda al señor que salía asado cada vez que le tocábamos el timbre de su casa- Si por andar de reclamona soy uno, si pues, soy una VIEJA DE MIERDA . Ojo aquí, no estoy diciendo que nos vayamos a pelear con el señor de la combi se tropieza contigo porque frenan mal o que te pelees porque en el restaurante te traigan algo medio frío, no me mal entiendan, no digo que seamos busca pleitos o unos cagones que discuten con todos; pero creo que ya es hora de dejar que la gente nos trate como si fuéramos un poco de moco seco debajo de la silla de una banca de parque popular; somos la nariz chicos, una hermosa y bien respingada nariz merecedora del papel higiénico mas suavecito para ser sonada, siéntanse así y háganse tratar de la misma forma, siempre nariz, nunca nunca más moco.
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