lunes, 11 de marzo de 2013

54.- Los cabecita blanca.


Quien no tiene como integrante de su familia, a algún  miembro de la llamada tercera edad, se pierde de maravillosísimos momentos, inimaginables historias, inacabables consejos, pero sobre todos toneladas de amor. Cuando uno piensa en sus abuelitos, o en algún abuelito que conozca, inmediatamente se le viene a la cabeza un viejecito cabecita blanca, con un bastón en mano, su chalequito de lana o a cuadritos, un chalcito sobre los hombros, de silueta encorvada por los años, y manos marcadas por la experiencia; de extrema dulzura, de inagotable ternura, de palabras siempre amorosas, siempre comprensivos, siempre bondadosos, siempre encantadores, totalmente discretos, profundamente respetuosos; seres sublimes llenos de dulzura. Y no se encuentran muy lejos de la verdad, son todo eso que dicen, pero muchísimas cosas más; sin embargo, no es ni la mitad de recuerdos que pueden tener los privilegiados que tenernos el honor de compartir nuestras vidas directamente con uno de ellos, pues YO señores tengo el placer de compartir mi vida exclusiva y a dedicación completa, con mi abuela materna, a la que por cierto no le gusta que le digan abuela, porque como ella dice: NO ME DIGAS ABUELA, QUE TODOS VAN A PENSAR QUE SOY VIEJA; además de eso, pase mucho tiempo con otros sexagenarios, los cuales para suerte mía, formaron por un buen tiempo parte de mi vida, y  otros todavía lo son, por lo que mis experiencias con los anteriormente nombrados, no son relatos contados por alguien más, sino que son experiencias directas y sin intermediarios, y  aunque se parezcan mucho a la ficción, no lo son, no son nada más que la vida misma. Cuando le comento a las demás personas las cosas que me pasan con mis viejitos, piensan que es armado, que es algo que preparo para causar gracia, o piensan tal vez que exagero para poder hacer el chiste del día; pues no lo es, no le agrego ni un poco de sal para condimentar la historia, es nada más que la verdad y lo más gracioso del asunto, que son cosas que me pasan directamente a mí. A través de los años, y la convivencia he llegado a la determinación total, de que mi Maruja (mi abuelita) es un personaje, yo quisiera llegar a los 87 años con la lucidez con la que ella esta, es de las personas más moscas que he conocido en mi vida; nada más por ejemplo, es de las mejores improvisadoras que hay, nunca jamás deja algo sin respuesta, y no es que sea una simple respuesta, siempre es algo gracioso; pues bien Maruja (como la pasaremos a llamar), es totalmente indiscreta, alguna vez estuve contándome vida y milagros de alguna compañera mía de la universidad, y para infortunio mío tuve que hacer algún trabajo con ella, y la lleve a casa, como es de ley se la presente y ella ni corta ni perezosa soltó ES LA MISMA SUSANA QUE ME CONTASTE EL OTRO DÍA QUE ES UNA RUCA?...jajaja, AY MARUJA QUE GRACIOSA ERES NO SE DE QUE HABLAS- COMO NO TE ACUERDAS QUE ME CONTASTE QUE SE METIÓ CON EL ENAMORADO DE TU AMIGA Y QUE DESPUÉS SE METIÓ CON OTRO- claro y mientras esto yo con los ojos le hacía señales para que se calle, pero dice ella que nunca lo noto; no pude sino sonreír, y llevarme a la mentada Susanita de ahí, la cual por cierto después de eso nunca más me dirigió la palabra; pero ese es otro don de ella, nunca se da cuenta de que está metiendo la pata, cuando se le está yendo la lengua, y yo la pellizco disimuladamente, o le muevo el pie, ella me sale con: AUUU, QUE TE PASA, PORQUE ME PELLIZCAS  O AUUU, ME ESTAS MOVIENDO EL PIE!, con lo que claro los demás descubren inmediatamente lo que puede estar pasando. Otro detalle interesante es que la mayoría que pasa los 70años, pierden un poco la audición, lo que es sin lugar a dudas otro problema para aquel que espera poder mantener una conversación con ellos. Para comenzar, aunque usen el audífono, nunca escuchan a la perfección, por lo tanto, hablan muy alto para poder escucharse, lo que es un real problema cuando estás en lugares públicos, y no quieres que los demás sepan de lo que están hablando, tomando en cuenta además que a esa edad, ya no tienen muchos filtros; nunca me olvidaré la vez que estábamos en un bus interprovincial, y me pidió que le tapara las piernas porque le hacía frío, pero como no quedo conforme con la forma como lo hice, tuvo a bien vociferar: NO ME TAPES EL CULO, TÁPAME LAS PIERNAS!!, QUE EL CULO NO SE ME CONGELA…Horror!!!, pero volviendo a lo de los filtros, es algo con lo que se tiene que tener demasiado cuidado, fundamentalmente cuando llevas a alguien a la casa, más aun si es un pretendiente, o una persona que estas conociendo; te puede hablar de sus problemas digestivos con una frialdad increíble, o te puede detallar con precisión artística los colores de los fluidos que son expulsados por su cuerpo, tal vez tienes la desdicha de que se acuerde de algunos momentos de su infancia en los que están inmiscuidos temas de extirpaciones o atropellos, o perdidas de partes del cuerpo; cabe recordar que no hay pellizco, pateo o mirada fulminante que pueda hacerlos concluir con sus relatos. Pero no puedo restarle importancia a los demás octogenarios que son parte de constante vivir, tenía una tía que era un real espectáculo, yo era realmente pegada a ella, por lo tanto un tiempo que ella tuvo que pasar internada en un hospital, estuve siempre con ahí; ella vivía preocupada porque no tenía enamorado, por lo tanto se propuso como objetivo conseguirme uno dentro del hospital; no había interno, médico, pasante, residente o enfermero, al que no me haya ofrecido: OIGA USTED DOCTOR, UN MOMENTITO, SE PUEDE ACERCAR  SI GRACIAS, UN FAVOR, YO NO LE VOY A ENTENDER BIEN, PERO PORQUE NO LE DICE A MI SOBRINITA COMO ESTOY, ES BIEN BONITA NO?, Y FÍJESE QUE ES SOLTERA, SERA QUE TODOS ESTÁN CIEGOS, TAN BONITA QUE ES, PERO DÍGALE USTED DOCTORCITO A ELLA COMO ESTOY;  ya me había ofrecido casi a todo el servicio y no falto el tarado que me pidió el teléfono para llamarme ante cualquier emergencia, un horror total!. Tengo otra tía sexagenaria también, que tiene el delirio de que todo el mundo la quiere engañar, ir a hacer comprar con ella es toda una pesadilla, se hace sacar 5 productos diferentes, a los 5 revisa detalladamente, para que finalmente diga que no le gusta y se valla para otra tienda, hace esto un par de veces más, hasta que decide regresar al primero, donde le pregunta el precio a la misma muchacha que hace menos de 15 minutos se lo pregunto, la cual tiene una cara de poquitísimos amigos; pues digamos que esta 20, la vendedora le dice que se lo dejara a 18, pero no es suficiente, a ella le parece alto aun, y le dice que eso solo vale 10, que solo eso le pagará: SERÉ VIEJA PERO NO COJUDA, ESO NO CUESTA NI 5, TE DOY 10 Y DATE POR BIEN SERVIDA; antes de que la vendedora le lance una silla, tengo que sacarla de ahí; muy pocas veces a encontrado lo que le gusta, porque como ella dice NO ES LO QUE MIS OJOS QUIEREN VER, y quiero asumir que tampoco lo que quiere pagar, por lo tanto miles de veces hemos ido nada más a relojear horas de horas y regresamos sin compra alguna. Además de ellas, tengo un profesor, con el que tengo clases tres veces por semana, con otras personas, el que por cierto también es sexagenario, sino es que ya sea octogenario, en fin el también es todo un personaje; siempre le comunico las oportunidades que no he podré asistir, PROFE NO VOY A PODER VENIR EL MIÉRCOLES  y llegado el miércoles me revientan el teléfono mis demás compañeros, para preguntarme a qué hora llegaré, porque el profesor no piensa darle inicio a la clase, hasta que llegue yo, cuando les comento que yo le había avisado al profesor de mi inasistencia, puedo escuchar una voz al fondo que reniega y que dice entre gritos que soy de lo peor por no avisar que no iría, que esta harto de mi y que soy una irresponsable. Y lo más gracioso del asunto es que no se les puede refutar nada, pues apoyados en sus años, ellos siempre tienen la razón, y aunque les pruebes lo contrario, tu siempre saldrás perdiendo, por lo tanto yo he tomado una postura mucho más serena frente estas situaciones, no refuto nada, no escucho más solamente silbo y espero que termine de dar su conferencia sobre lo equivocada que estoy, lo malcriada que soy, y lo que ella debe de estar pagando para tener que lidiar con una malcriada como yo. Pues bien sin duda esto merece una parte II, un par de días más en sus adoradas compañías y tendré para escribir unas 100 hojas más, pues para prueba un botón: hoy en la mañana, me desperté y fui a contarle contenta a mi Maruja, que es lo que me había soñado: MARUJITA, IMAGÍNATE QUE ME SOÑÉ QUE ME CASABA, QUE CHISTOSO NO? – NINGÚN GRACIOSO, ESO QUIERE DECIR QUE NO TE VAS A CASAR…digo yo, era necesario?, en fin, debo cumplir con mi deber y cocinar para que ella diga como siempre, que esta sin sal, y duro, y que no coma ni la mitad porque no tiene sabor; la verdad es que me siento sumamente privilegiada de poder compartir mi vida con estas personas maravillosas, llenas de luz, y de tanta vida, 5 minutos con ella te pueden dar lecciones que no podrías aprenderla en años de cursos de motivación, los que tienen el honor de tener a uno dentro de sus familias, no se pierdan nada más, dedíquenles tiempo, y verás las incalculables cantidades de amor que recibirán a cambio, y las experiencias memorables que podrán compartir con ellos, aprovéchenlos, hay oportunidades que nunca vuelven y perderla con ellos sería imperdonables, vallan y será mucho más lo que ganen que lo que puedan perder, los harán sumamente felices, y ustedes a ellos también, suerte…hablaos!

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