Quien no tiene como integrante de
su familia, a algún miembro de la
llamada tercera edad, se pierde de maravillosísimos momentos, inimaginables
historias, inacabables consejos, pero sobre todos toneladas de amor. Cuando uno
piensa en sus abuelitos, o en algún abuelito que conozca, inmediatamente se le
viene a la cabeza un viejecito cabecita blanca, con un bastón en mano, su
chalequito de lana o a cuadritos, un chalcito sobre los hombros, de silueta
encorvada por los años, y manos marcadas por la experiencia; de extrema
dulzura, de inagotable ternura, de palabras siempre amorosas, siempre
comprensivos, siempre bondadosos, siempre encantadores, totalmente discretos,
profundamente respetuosos; seres sublimes llenos de dulzura. Y no se encuentran
muy lejos de la verdad, son todo eso que dicen, pero muchísimas cosas más; sin
embargo, no es ni la mitad de recuerdos que pueden tener los privilegiados que
tenernos el honor de compartir nuestras vidas directamente con uno de ellos, pues
YO señores tengo el placer de compartir mi vida exclusiva y a dedicación
completa, con mi abuela materna, a la que por cierto no le gusta que le digan
abuela, porque como ella dice: NO ME DIGAS ABUELA, QUE TODOS VAN A PENSAR QUE
SOY VIEJA; además de eso, pase mucho tiempo con otros sexagenarios, los cuales
para suerte mía, formaron por un buen tiempo parte de mi vida, y otros todavía lo son, por lo que mis
experiencias con los anteriormente nombrados, no son relatos contados por
alguien más, sino que son experiencias directas y sin intermediarios, y aunque se parezcan mucho a la ficción, no lo
son, no son nada más que la vida misma. Cuando le comento a las demás personas
las cosas que me pasan con mis viejitos, piensan que es armado, que es algo que
preparo para causar gracia, o piensan tal vez que exagero para poder hacer el
chiste del día; pues no lo es, no le agrego ni un poco de sal para condimentar la
historia, es nada más que la verdad y lo más gracioso del asunto, que son cosas
que me pasan directamente a mí. A través de los años, y la convivencia he
llegado a la determinación total, de que mi Maruja (mi abuelita) es un
personaje, yo quisiera llegar a los 87 años con la lucidez con la que ella
esta, es de las personas más moscas que he conocido en mi vida; nada más por
ejemplo, es de las mejores improvisadoras que hay, nunca jamás deja algo sin
respuesta, y no es que sea una simple respuesta, siempre es algo gracioso; pues
bien Maruja (como la pasaremos a llamar), es totalmente indiscreta, alguna vez
estuve contándome vida y milagros de alguna compañera mía de la universidad, y
para infortunio mío tuve que hacer algún trabajo con ella, y la lleve a casa,
como es de ley se la presente y ella ni corta ni perezosa soltó ES LA MISMA
SUSANA QUE ME CONTASTE EL OTRO DÍA QUE ES UNA RUCA?...jajaja, AY MARUJA QUE
GRACIOSA ERES NO SE DE QUE HABLAS- COMO NO TE ACUERDAS QUE ME CONTASTE QUE SE METIÓ CON EL ENAMORADO DE TU AMIGA Y QUE DESPUÉS SE METIÓ CON OTRO- claro y
mientras esto yo con los ojos le hacía señales para que se calle, pero dice
ella que nunca lo noto; no pude sino sonreír, y llevarme a la mentada Susanita
de ahí, la cual por cierto después de eso nunca más me dirigió la palabra; pero
ese es otro don de ella, nunca se da cuenta de que está metiendo la pata,
cuando se le está yendo la lengua, y yo la pellizco disimuladamente, o le muevo
el pie, ella me sale con: AUUU, QUE TE PASA, PORQUE ME PELLIZCAS O AUUU, ME
ESTAS MOVIENDO EL PIE!, con lo que claro los demás descubren inmediatamente lo
que puede estar pasando. Otro detalle interesante es que la mayoría que pasa
los 70años, pierden un poco la audición, lo que es sin lugar a dudas otro
problema para aquel que espera poder mantener una conversación con ellos. Para
comenzar, aunque usen el audífono, nunca escuchan a la perfección, por lo
tanto, hablan muy alto para poder escucharse, lo que es un real problema cuando
estás en lugares públicos, y no quieres que los demás sepan de lo que están
hablando, tomando en cuenta además que a esa edad, ya no tienen muchos filtros;
nunca me olvidaré la vez que estábamos en un bus interprovincial, y me pidió
que le tapara las piernas porque le hacía frío, pero como no quedo conforme con
la forma como lo hice, tuvo a bien vociferar: NO ME TAPES EL CULO, TÁPAME LAS
PIERNAS!!, QUE EL CULO NO SE ME CONGELA…Horror!!!, pero volviendo a lo de los
filtros, es algo con lo que se tiene que tener demasiado cuidado,
fundamentalmente cuando llevas a alguien a la casa, más aun si es un
pretendiente, o una persona que estas conociendo; te puede hablar de sus
problemas digestivos con una frialdad increíble, o te puede detallar con
precisión artística los colores de los fluidos que son expulsados por su
cuerpo, tal vez tienes la desdicha de que se acuerde de algunos momentos de su
infancia en los que están inmiscuidos temas de extirpaciones o atropellos, o
perdidas de partes del cuerpo; cabe recordar que no hay pellizco, pateo o
mirada fulminante que pueda hacerlos concluir con sus relatos. Pero no puedo
restarle importancia a los demás octogenarios que son parte de constante vivir,
tenía una tía que era un real espectáculo, yo era realmente pegada a ella, por
lo tanto un tiempo que ella tuvo que pasar internada en un hospital, estuve siempre
con ahí; ella vivía preocupada porque no tenía enamorado, por lo tanto se
propuso como objetivo conseguirme uno dentro del hospital; no había interno,
médico, pasante, residente o enfermero, al que no me haya ofrecido: OIGA USTED
DOCTOR, UN MOMENTITO, SE PUEDE ACERCAR SI GRACIAS, UN FAVOR, YO NO LE VOY A
ENTENDER BIEN, PERO PORQUE NO LE DICE A MI SOBRINITA COMO ESTOY, ES BIEN BONITA
NO?, Y FÍJESE QUE ES SOLTERA, SERA QUE TODOS ESTÁN CIEGOS, TAN BONITA QUE ES,
PERO DÍGALE USTED DOCTORCITO A ELLA COMO ESTOY; ya me había ofrecido casi a todo el servicio y
no falto el tarado que me pidió el teléfono para llamarme ante cualquier
emergencia, un horror total!. Tengo otra tía sexagenaria también, que tiene el
delirio de que todo el mundo la quiere engañar, ir a hacer comprar con ella es
toda una pesadilla, se hace sacar 5 productos diferentes, a los 5 revisa
detalladamente, para que finalmente diga que no le gusta y se valla para otra
tienda, hace esto un par de veces más, hasta que decide regresar al primero,
donde le pregunta el precio a la misma muchacha que hace menos de 15 minutos se
lo pregunto, la cual tiene una cara de poquitísimos amigos; pues digamos que
esta 20, la vendedora le dice que se lo dejara a 18, pero no es suficiente, a
ella le parece alto aun, y le dice que eso solo vale 10, que solo eso le
pagará: SERÉ VIEJA PERO NO COJUDA, ESO NO CUESTA NI 5, TE DOY 10 Y DATE POR
BIEN SERVIDA; antes de que la vendedora le lance una silla, tengo que sacarla
de ahí; muy pocas veces a encontrado lo que le gusta, porque como ella dice NO
ES LO QUE MIS OJOS QUIEREN VER, y quiero asumir que tampoco lo que quiere
pagar, por lo tanto miles de veces hemos ido nada más a relojear horas de horas
y regresamos sin compra alguna. Además de ellas, tengo un profesor, con el que
tengo clases tres veces por semana, con otras personas, el que por cierto
también es sexagenario, sino es que ya sea octogenario, en fin el también es
todo un personaje; siempre le comunico las oportunidades que no he podré
asistir, PROFE NO VOY A PODER VENIR EL MIÉRCOLES y llegado el miércoles me
revientan el teléfono mis demás compañeros, para preguntarme a qué hora
llegaré, porque el profesor no piensa darle inicio a la clase, hasta que llegue
yo, cuando les comento que yo le había avisado al profesor de mi inasistencia,
puedo escuchar una voz al fondo que reniega y que dice entre gritos que soy de
lo peor por no avisar que no iría, que esta harto de mi y que soy una
irresponsable. Y lo más gracioso del asunto es que no se les puede refutar
nada, pues apoyados en sus años, ellos siempre tienen la razón, y aunque les
pruebes lo contrario, tu siempre saldrás perdiendo, por lo tanto yo he tomado
una postura mucho más serena frente estas situaciones, no refuto nada, no
escucho más solamente silbo y espero que termine de dar su conferencia sobre lo
equivocada que estoy, lo malcriada que soy, y lo que ella debe de estar pagando
para tener que lidiar con una malcriada como yo. Pues bien sin duda esto merece
una parte II, un par de días más en sus adoradas compañías y tendré para
escribir unas 100 hojas más, pues para prueba un botón: hoy en la mañana, me
desperté y fui a contarle contenta a mi Maruja, que es lo que me había soñado:
MARUJITA, IMAGÍNATE QUE ME SOÑÉ QUE ME CASABA, QUE CHISTOSO NO? – NINGÚN GRACIOSO, ESO QUIERE DECIR QUE NO TE VAS A CASAR…digo yo, era necesario?, en
fin, debo cumplir con mi deber y cocinar para que ella diga como siempre, que
esta sin sal, y duro, y que no coma ni la mitad porque no tiene sabor; la
verdad es que me siento sumamente privilegiada de poder compartir mi vida con
estas personas maravillosas, llenas de luz, y de tanta vida, 5 minutos con ella
te pueden dar lecciones que no podrías aprenderla en años de cursos de
motivación, los que tienen el honor de tener a uno dentro de sus familias, no
se pierdan nada más, dedíquenles tiempo, y verás las incalculables cantidades
de amor que recibirán a cambio, y las experiencias memorables que podrán
compartir con ellos, aprovéchenlos, hay oportunidades que nunca vuelven y
perderla con ellos sería imperdonables, vallan y será mucho más lo que ganen
que lo que puedan perder, los harán sumamente felices, y ustedes a ellos
también, suerte…hablaos!
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