Algo totalmente romántico es una
caminata bajo la lluvia, tomados de la mano; o nada más inspirador que caminar
bajo la lluvia, escuchando buena música; nada más romántico que (como diría
Manzanero) “esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú”; súper
sentimental, la lluvia sin duda ha sido fuente de inspiración para miles y
miles de boleros, baladas y demás canciones corta venas, linda la lluvia
no?...NO!!PUES LA VERDAD PARA MI ES UNA REAL PORQUERÍA!Quizá sea porque nací en
la costa, que sin lugar a dudas, prefiero el calor que el frío; la playa, que
la lluvia, el verano que el invierno, etc., etc., etc.; pero sin lugar a dudas
la lluvia a mí se me hace totalmente incomoda, no puedo entender que haya gente
normal y cuerda, que espere con ansias la época de lluvia, ciertamente yo, aun
no le he conseguido encontrar el chiste. Ahora que no estoy hablando de una
lloviznita que lo único que hace es que a tu cabello le de frizz, no!! estoy
hablando de estas lluvias con que uno se saca el sombrero, esas que hacen que
las calles se conviertan en ríos, los techos en piscinas y las veredas en
islas. La lluvia sin duda es un fenómeno natural fascinante, en especial cuando
puedes gozarlo en los lugares que la lluvia se muestra con todo su gran poder,
esas lluvias que en solo 2 segundos te deja empapada, esas lluvias que no te
dejan seco ni siquiera dentro de las
orejas, esas señoras lluvias, de las cuales he sido víctima innumerables veces.
Pues bien, todos los que hemos tenido la “suerte” de vivir en ciudades
lluviosas hemos pasado por momentos realmente olvidables, pero ciertamente
memorables, y aprovechando que ahora estoy “disfrutando” de mi época de
lluvias, solo citaré algunas de las situaciones por las que un simple ciudadano
de pie tiene que ser víctima en estas “hermosas” épocas. CASO 1: Sales a
trabajar, con el incomodo uniforme de tu trabajo, y como eres un simple mortal,
tienes que caminar como cualquier hijo de vecino hasta el paradero para tomar
tu combi, esta un poco nublado, sin duda hoy lloverá, pero estas profundamente
esperanzado en que sea durante toda la mañana que estas encerrado en la
oficina, así no te caerá una sola gota; pues bien abordas el vehículo de
transporte público (combi) que te trasportará hacia tu centro de labores (la
combi que tomas para llegar a tu chamba), y por ser hora punta, vas en la
puerta abrazado del cobrador, no te complicas pues estas con la hora encima,
pero no contabas con mamá naturaleza, de repente y violentamente, inicia una
lluvia despiadada, y claro todo esto mientras estas colgado de la puerta; no
hace falta aclarar mucho que llegas con el uniforme remojado, totalmente
despeinado, pero sobre todo, profundamente húmedo. CASO 2: Tienes una cita, por
lo tanto te has puesto tus zapatitos nuevos, tu pantaloncito tonero, y estas
súper regia, has cuidado hasta el último detalle, pues esta es una cita
importantísima. Sales de casa, y JUACATE! que estaba lloviendo, y las calles se
han convertido en despiadados ríos, y como suele ocurrir en estas ocasiones, no
pasa un solo taxi, pero a dos cuadras ves que por lo menos pasan los buses,
bueno te llenas de valor y decides emprender la aventura de llegar no tan
mojada al taxi…pésima idea. No encuentras un solo lugar de la pista que te
permita cruzar sin mojarte, ni saltando, ni corriendo, maldita sea, te llenas
de valor, y decides romper el record olímpico del salto largo, y estas tan
convencida que te sientes segura de que lo vas a lograr, retrocedes un poco,
agarras con avidez tu cartera, y estiras lo más que puedes tu pierna para dar
el salto ganador, lástima que estés con tacos y que además tengas cortas las
piernas, pues caes justamente en medio
del riachuelo aquel, ya que! tomas aire
y continuas caminando mientras sientes como toda tu media se mojo, y como cada
vez que pisas sale agua de tu zapato; no quiero contar lo que pasa cuando
intentas pasar por la otra avenida porque ya es bastante obvio, solo que esta
vez como no quieres correr riesgos pones el otro pie, por lo tanto, estas con
los dos zapatos remojados, y el pantaloncito que te hace ver más rica, esta
mojado hasta casi cerca de la rodilla, entonces piensas… ya que!, si regresas a
tu casa es lo mismo, cruzar de nuevo los ríos y cambiarte, además que ya estas
sobre la hora, tomas más aire y sigues caminando; esperas alrededor de 15 minutos y solo se acerca un
bus, que por cierto esta súper lleno, piensas por solo unos segundos… ya qué!
nuevamente vas abrazada del cobrador…maldita sea tu suerte!, pero como si eso
no fuera suficiente, al pasar el bus rápidamente por la pista que dicho sea de
paso, ahora se ha convertido en río, y claro…terminas de mojarte lo poco que
todavía tenías seco, y vuelves a pensar…ya qué!.CASO 3: A llovido casi todo el
día, pero como no tienes ganas de remojarte, decides esperar a que finalmente
deje de llover, y así lo haces, esperas ansiosamente hasta finalmente deja de
llover, calculas un poco que baje el agua que circula por las calles, te armas
de valor y decides salir, das por ganada esta pequeña batalla con la lluvia,
cruzas airosa las pistas, ya sin tener que dar tus mejores saltos largos, con
pequeños saltitos es suficiente, te sientes toda una vencedora, llegas a la
esquina para tomar el taxi totalmente seca, el cielo está totalmente despejado,
todo hace parecer que la victoria es tuya y solamente tuya; solo que no te
percataste que se habían formado charquitos de agua por la lluvia, y que va
pasando un carro a toda velocidad, que pasa encima del charquito este, y
JUACATE! en menos de una milésima de segundo terminas goteando agua, y encima
agua súper sucia!, y si tienes la mala fortuna de asombrarte por el hecho,
puedes hasta probar a que sabe la derrota, y para entonces solo te queda decir…
ya qué!. Solo estoy tomando en cuenta las cosas que te pueden suceder cuando
sales de casa, pues dentro de casa
gracias a la lluvia puedes tener miles de problemas más; para el
infortunio de los muchos que vivimos en ciudades lluviosas, los benditos
albañiles no toman pero ni las mínimas precauciones para estos casos, por lo
tanto muchos de los techos en época de lluvia tienen mayor capacidad de
almacenamiento de agua, que muchas piscinas olímpicas; para gran ejemplo mi
techo, podría ser un gran punto para las aves migratorias, es increíble la
cantidad de agua que se puede acumular en él y créanme no es nada divertido
estar horas de horas barre y barre el techo, terminas totalmente remojada, y
súper cansada, tomando en cuenta que si no lo haces lo suficientemente bien,
terminaras con una gotera que dé precisamente sobre tu cabeza; en épocas de
lluvia puedes hacer grandes amistades o enemistades con tus vecinos, te pasas
horas conversando de lo mal que esta el clima, y de húmedas que están las
paredes; ahora si tienes buena suerte y tu techo está muy bien, el sonido de la
lluvia cayendo durante toda la noche, te puede causar el más grande insomnio,
el sonidito de las gotas de lluvia chocando contra el vidrio te puede
enloquecer. Sin lugar a dudas la lluvia no es uno de mis fenómenos naturales
favoritos, sin duda es vital, pero no encuentro nada más desesperante,
fundamentalmente cuando en el resto del país es verano y tú te encuentras
remojada a las 10 am, y llegando a la universidad con botas de jebe para que no
se te remojen las medias cruzando la pista; mientras que en otras partes estas
caminando en sandalias y casi desnudos, tú tienes que ponerte tu impermeable, y
cargar tu paraguas hasta para llegar a la esquina. Ahora que no encuentro nada
más rico que dormir una siestecita a media tarde mientras llueve, a mi la
lluvia sinceramente la lluvia me produce mucha mucha flojera, me dan ganas de
envolverme en mi cobijita, poner música tipo baladas o sumamente suave, y dejar
que lo gris del día siga haciendo efecto en mí, me pongo a reflexionar en los
porqués de la vida, y sin darme siquiera cuenta, ya me quede dormida, pero
cuando estoy por entrar en lo mejor del sueño, cuando ya van a decirme los
números del premio mayor de la lotería, o en ese momento exacto cuando Brad
Pitt me va a decir que me ama, una enorme gota da contra la luna de mi ventana
y JUAS! Que me despierto. Pues nada, ya que! nada se puede hacer contra la
naturaleza, ahora a desempolvar las botas de jebes y a buscar el impermeable,
porque sino nunca llegare seca a ningún lugar…hablaos!
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