41.- S.O.S. Necesito un baño!

Es totalmente gracioso cuando una de estas situaciones suceden, uno puede morir de risa en el intento, y nadie puede negar que por lo menos un par de veces se ha visto envuelto en alguno de estos momentos, y es que es totalmente imposible alejarse de la probabilidad de que esto te pase, bien en un viaje, bien durante una reunión, bien durante un concierto, o bien en medio de una conversación de vida o muerte, bien cuando estas profundamente ebrio, y el infaltable que es cuando estas mal del estómago, esta situación siempre ha estado presente en nuestras vidas, mucho más cuando éramos unos inocentes pequeñines, y no te dejara libre ni siquiera cuando llegues a la más profunda adultez. He visto miles de caretas caer en esta tipo de situaciones, he conocido gente muy especial: totalmente elegantes, inmensamente petulantes, profundamente exquisitos, grandemente selectivos y gente que mira a todos siempre por encima del hombro; llorar, suplicar,  sudar, correr, desesperarse, perder totalmente el control y  la compostura frente a una de estas situaciones. Y es muy gracioso, en especial cuando hay personas que se pasan una vida entera guardando una apariencia, una vida entera elaborando un personaje, pero frente a una de estas urgencias, uno no puede más que mostrar su verdadera identidad, y se muestra realmente como es; mientras corre y llora desesperado puedes ver debajo del sudor y la expresión de desesperación su verdadera cara. Pero es que hay ocasiones que el intestino grueso decide que te va a destruir, es increíble!, le interesa un pepino que te hallas preparado una semana para esa entrevista de trabajo, que estés a solo un pequeño pasito de conseguir esa chamba, LE VALE MANDARINAS!, decide que es en ese, y solo en ese momento cuando va a funcionar y en su máxima capacidad: solo falta una persona para que entres a esa entrevista, y te han comentado que eres el favorito, el puesto es casi tuyo, solo hace falta que convenzas al jefe de personal que eres la persona que necesitan, y tienes tu discurso preparado, lo repetiste mil veces y a todo aquel al que se lo contaste, conseguiste hasta arrancarle una lágrima, y mientras estas esperando, sientes una pequeña vibración en el estómago, lo atribuyes a los nervios y no le das importancia, sigues repitiendo mentalmente tu discurso mientras ves como sale con un chico de la oficina con cara de deprimido, se pone de pie el otro, y te quedas solo en la sala de espera; ahora sientes que un pequeño ferrocarril está recorriendo por tu estomago, procuras nuevamente no darle importancia, y sigues dando vuelvas a tu discurso, nuevamente vuelva a sonar tu estomago, pero esta vez se ha convertido en un trasatlántico, y el comienza a emitir sonidos tan fuertes que tienes la certeza de que se pudo escuchar hasta dentro de la oficina, ahora estas completamente seguro de que necesitas ir al baño, te pones de pie y buscas desesperadamente un baño, abres todas las puertas y resulta no haber ninguna, ahora tienes una enorme presión en el estomago, no puedes dar ni un paso más, lo único que cruza por tu cabeza, UN BAÑO! Caminas desesperadamente por toda la habitación, y no encuentras una sola señal que diga S.S.H.H. NADA! das vueltas y vueltas, ahora estas sudando y no precisamente por el ejercicio, sudas por la presión, intentas poner tu mente en otra cosa para poder concentrarte, PERO NO!! no consigues dejas de pensar en otra cosa, entonces la desesperación no te deja otra salida, sales de ahí desesperado con la esperanza de encontrar un baño cerca, y no puedes encontrar nada cerca, sales del edificio y hasta dos cuadras no consigues uno, entras lo más rápido posible, antes de que el intestino grueso salga vencedor; esta vez eres el ganador, mientras vas recuperando la calma, recuerdas que estabas en una entrevista de trabajo, que era la oportunidad de tu vida, que solo faltaba una persona para que sea tu turno, sales de ahí corriendo, tan rápido como llegaste, corres con más avidez que un maratonista en las olimpiadas, consigues llegar, y cuando lo haces encuentras las luces apagadas y la oficina cerrada…lamento decirlo, pero tu intestino grueso es el verdadero ganador.  Lo que puede ser una real desgracia es que si le aumentamos a ese cuadro, que mientras estas totalmente desesperado buscando un  cartelito de W.W.C.C., mientas corres desesperadamente, mientas limpias el sudor de tu frente buscando un servicio higiénico, mientras estas siendo presa del más grande stress, olvidas ver un pequeño y súper importante detalle, no piensas en nada más que llegar al baño, y finalmente lo consigues, corres y cuando piensas que la tempestad ya pasó, te das cuenta de que…NO TIENES PAPEL!, para lo que sigue ante esta situación, llorar le queda muy chiquito. Es realmente una tragedia cuando tu intestino grueso confabulado con tus esfínteres y muchas de las glándulas, deciden hacerte sufrir, es imposible oponer resistencia, y en la mayoría de los casos es totalmente imposible tener una victoria frente a pandilla de malhechores que desde dentro de ti planifican la mejor manera de destruirte, de matar tu vida social. Ni que hablar de esas ocasiones en las que estas en el trabajo, y el único baño queda en medio de todo, no tiene vidrio por lo tanto lo que sucede adentro se escucha claramente, fundamentalmente a la persona que tiene su escritorio exactamente a medio metro de la puerta; nadie cuenta con la astucia casi maligna de tu colon transverso, tu estomago te hace tener la completa certeza de que, aun tu sin saberlo, en algún momento del día y totalmente distraída, consumiste una copia total de la bomba de Hiroshima, sin ningún pudor el anterior nombra “estomago”, comienza hincharse sin pudor alguno, en menos de 5 minutos pasaste de ser la flacuchenta de la oficina, a ser la gestante de 9 meses, porque de ese tamaño se pone tu estomago. Decides oponer un poco más de resistencia, convencida de que antes de que se acabe el día, el malestar habrá pasado y en tu casa podrás hacer lo que mejor te parezca con eso que se va hinchado cada vez más, pero más tardas en dar un nombre a esta situación incómoda que en correr hacia el baño sin importarte que tu jefe esta en el escritorio de la chica esta que está al lado del baño, no puedes pensar más, no puedes contener todo ese malestar dentro tuyo un solo segundo más corres hacia el baño, y le das rienda suelta a todo eso que te estaba matando. Y ahora como sales de ahí?, no pudiste evitarlo, ya está hecho, pero ahora con qué cara sales de ahí! Jalas la bomba, respondes hondo y te armas de valor para afrontar lo que se venga, o mejor dicho las consecuencias por lo que ya se fue, juajua. Ahora hay miles de veces que estas emergencias no tienen tanta suerte, claro la mayoría de las veces es cuando eres una inocente criaturita, y al final que más dá!, pues tienes la certeza de que alguien más se ocupará del trabajo sucio; y que pasa cuando esto sucede a gente ya mayor (no maduros, pero si tiones)he visto miles de hombres que por no hacer la cola en el baño, y no querer perder la pose, haciéndole pipi al árbol que está en medio, cuantas fotos tengo con amigos con la entrepierna mojada, o de repente pequeñas lagunillas que se forman..                . NO PUES! antes muerta que sencilla, tampoco estoy de acuerdo con las chicas que en la desesperación se han hecho cargo de sus residuos detrás de carros grandes o árboles, lo que realmente me parece fatal, eso es un escalón más a la muerte social. Pues bien, ahora entenderán que no hay una sola persona que me pueda lanzar la primera piedra respecto a esta situación, porque si aun no la ha vivido, cosa que dudo mucho, están muy prontos a vivirla. Ahora que cuando uno no es el personaje de esta horrorosa historia, puede tener un ataque de risa que todo lo perdona y todo lo permite. He visto señores totalmente respetables, correr, sudar hasta temblar; cuando se encuentran frente a estos casos, y nadie se puede escapar, porque esta pequeña pandilla que tenemos recluida en nuestro aparato digestivo, el día menos pensado, puede volverse en tu contra, y medio de un viaje interprovincial te puede convertir en una de sus víctimas, por cierto la favorita. Pues bien, ya que las victorias para nuestro lado de la trinchera, realmente son escasas, una no debe de dejar de tomar las previsiones frente a estos casos: nunca de los jamases subestimen a su estomago, ni confíen tanto en sus esfínteres, se pueden llevar desagradables sorpresas; nunca jamás salgan de casa sin tener la certeza de que dentro de sus cosas, llevan por lo menos 4 cuadraditos de papel higiénico. Ahora yo debo de retirarme, aprovechar que no hay más gente cerca,  para finalmente poder entrar al baño, sin la necesidad de jalar la bomba 80 veces, ni cantar a todo volumen para que no se escuche nada más. Aprovecho el pánico muchachos, mucha suerte en estas navidades que uno tiene que meterse a la boca las miles de formas de utilizar las frutas en una ensalada, yo soy fuga…hablaos