77.- EL CIRCULO DE PROTECCIÓN
Usualmente veía
en las películas, tan de moda en la adolescencia, esas amigas que estaban
juntas desde chiquitas, las mamás daban a luz en el mismo hospital y como
nacían en fechas cercanas, compartían cunero. Luego de eso siempre vivían en la
misma calle, luego el mismo colegio y para cerrar con broche de oro la misma
universidad, en algunas películas hasta se casaban el mismo día y con chicos que
también eran mejores amigos; claro y como escena final, los hijos de ellas eran
mejores amigos también; después de tanto lavado mental y tantas películas mal
escritas- algunas peores que otras,
no puedo creer que alguien permitiera poner algo tan malo en el cine- me dije a
mi misma que eso era lo que quería yo. Ni corta ni perezosa empecé a buscar las
personas con las que podría coincidir en la mayoría de los puntos anterior mente
nombrados, y la verdad que eran muy pocas, junio no había sido un mes popular
para nacer, así que empecé a ampliar el rango de la búsqueda. No entraré en
detalles pero una de las primeras “amigas” que tuve, se portó tan mal conmigo,
que me ha costado muchos años poder perdonarla, olvidar lo poca cosa que
siempre me hacía sentir, pero como en los refranes de viejitos yo siempre
estaba mirando para la izquierda, pero no me daba cuenta de quien estaba a mi derecha. Han pasado ya muchos años y
muchos fracasos amicales en mi vida, uff me he equivocado tanto y he dejé pasar
tantas personas maravillosas en mi vida por escuchar a las personas que no
debía, que de un tiempo aquí, he decidido dejar de escuchar a otras personas y
escucharme solo a mí. Tengo la fortuna de haber tenido una persona maravillosa
siempre a mi lado, aquellas que están siempre ahí, calladitas detrás de la
puerta, esperando que te den el portazo para darte la mano y salir adelante,
ahora a mis 30 y pocos me he dado el tiempo de sentarme a ver álbumes y ¡carajo!
Está en todas mis fotos, no había cumpleaños que se perdiera, en mis
competencias deportivas y en sus fotos familiares estoy hasta en casas que
ninguna de las dos recordamos de quien era, pero estamos siempre en la vida de
la otra. Recuerdo que mi primer acto delincuencial fue con ella: recuerdo vívidamente
al perro que nos perseguía mientras íbamos disfrazadas de pastrulas, mi primera
borrachera también: me recuerdo rodando de las escaleras con ella; cuando me
vine a vivir a otra ciudad, ella puso en una bolsa todos sus peluches y me los
regalo para que no me sintiera sola y en ese tiempo nos mandábamos tantas
cartas – a mano, si en ese tiempo la hora de internet costaba 5 soles, así que
no nos salía rentable el negocio- me recuerdo tiñéndole el pelo, haciendo
pijamadas en su casa, recuerdo a mi mamá
preparándole su comida favorita, recuerdo todo – que no me falle la memoria
nunca por favor.
Recuerdo también cuando me dijo que se iba a vivir a otro país y que no iba a venir en buen tiempo, no nos vimos creo que por 5 años, sino fue más, y al volver a vernos fue como si hubiera sido ayer, la memoria del corazón le dicen. Hace poco paso por un momento difícil, perdió una persona de su vida y yo no estaba en la misma ciudad que ella, me tomó una hora decidir el viaje, pero aproximadamente unas 7 buscar hospedaje para dejar a la bendición – la perrhija- conseguir pasaje y decidir que tarjeta iba a reventar. Me detengo aquí para hacer una pausa importante, solo tuve que hacer una llamada y el ejército femenino de mi familia ya me tenía todo resuelto: que rico es sentirse siempre respaldada y cobijada por la gente que amas y admiras, no hubo cuestionamientos, ni explicaciones que dar, me resolvieron la vida en 30 minutos y me esperaron con la camita caliente. Es cierto que viaje para darle apoyo a mi mejor amiga, pero hacía tanto tiempo que yo no me sentía tan respaldada, ella siempre encuentra la forma de hacerme sentir que está ahí para mí, que aunque millones de kilómetros nos separen físicamente, ella con verme sabe lo que me pasa y me da 500herramientas para que lo solucione y que yo sienta que ella me va a dar la mano siempre. Debe de haber un tipo de magia genética entre la familia, al menos entre las mujeres de mi familia, que con una sola mirada o con solo la presencia, no hace falta ni hablar, ya saben qué es, ya saben dónde es y lo resuelven, pero ya; no tengo espacio a negarme o a oponerme, ya las cosas están hechas, solo toca agradecer y caminar. Fueron 24 horas en mi casa y volví con la batería recargada al 100% y con dos bolsas enormes de comida- arroz, azúcar, carne, fruta, enlatados y hasta comida para la bendición- me subí al bus y me sentí tan bendecida, es tan hermoso sentirse tan querida, tan protegida, tan respaldada, en 24 horas en Tacna me dieron un abrazo al alma tan fuerte que una semana después todavía puedo sentirlo. Tengo personas hermosas a mi lado, tengo mujeres hermosas a mi lado: valientes, amorosas, guerreras, incondicionales, amables, renegonas, locas, alegres, trabajadoras, pero sobre todo PRESENTES, no vivo con ninguna eh! Porque con la que vivía, se nos adelantó y gestiona milagros desde el cielo –ya va tocando unito por acá Marujita- pero carajo! Como las siento presentes en cada paso de mi vida, desde que me duermo hasta que levanto, las siento aquí, abrazándome el alma, haciendo un circulo de protección para mí, para que sea feliz, para que vaya segura por este camino tan difícil que yo decidí tomar y el que ellas, aunque puede que no les guste, me acompañan desde lejitos y cerca siempre para darme la mano cuando me tropiece y levantándome de un solo grito cuando me quiero caer, que rico sentirse así de amada.
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