72. - LA POST POST CUARENTENA
Pues bien, hemos
llegado al 2022…VIVOS!! Si, tenemos, debemos, podemos sentirnos exitosos, lo
hemos conseguido, pasamos el temeroso 2020, sobrevivimos al desesperante 2021 y
llegamos con vida al 2022, entonces que haces, tomas aire profundo, decides
retomar un poco de tu vida, te animas a recuperar al 45% tu vida y ¡qué! ¡Qué! En
un pestañar de ojos te contagias con la nueva variante, gracias OMICRON. Bien
yo me siento exitosa a pesar de eso, tuve la oportunidad y la fortuna de
recibir la 3era dosis, entonces digamos que los síntomas me han dado “suaves” y
quiero decir suaves porque no estoy en el hospital y mi saturación de oxígeno
esta tal como siempre, quitando eso, un día y dos noches estuve al borde de la
desesperación, con dolores de garganta mortales y tos que me hacía pensar en
devolver hasta el pavo de la cena navideña. Este mes hay una cantidad de
contagios interesante, antes era 1 en un millón encontrar un positivo entre tu círculo
cercano, ahora es más difícil encontrar un negativo entre tu conocidos, hasta
el más cuidadoso ha caído y donde menos te lo imaginas, ahí te contagias.
Ciertamente yo lo hice de la manera más estúpida posible: me fui a un
matrimonio con 100 personas, y según yo estuve con mascarilla toda la fiesta
(videos a los que recientemente tuve acceso, me muestran a mí bailando y
cantando con mis amigos en medio de la pista de baile ¿y qué creen? Sin
mascarilla claro, no es cierto lo que dice la filósofa Thalia, eso de que si no
me acuerdo no paso, bueno esto no me acuerdo, pero el examen de antígenos dice
que si pasó) Estupidez mía, asumo, así que después de unos días de negación,
estoy asumiendo mi encierro de 14 días de la manera más civilizada posible.
El camino a la
aceptación es siempre complicada, de hecho el día anterior a la prueba, me
empezó un ligero malestar, pero dije: bah! Es alergia, es el clima, es la
lluvia, es el polvo, es la intolerancia a la lactosa, es una reacción al nuevo
shampoo, todo pretexto me fue útil, hasta esa noche que no pude dormir porque
no pasaba saliva y tenía la garganta en llamas, me ardía, como si hubiera un
incendio forestal en las amígdalas, lo que me producía unas nauseas mortales,
un momento, ¿nauseas? Por 3 segundos se me congeló la sangre, repase todos los
pasos durante la fiesta y solo, solamente podía ser una enfermedad viral y no
esas que a los 9meses se curan. Ese día tenía que irme a hacer la prueba sí o sí.
Cuando entre al laboratorio, me dieron ganas de toser, disimule para que nadie
se asuste, igual el vigilante me miró receloso, detrás de mío un señor
descaradamente estornudo sin taparse con el brazo, el vigilante y yo lo miramos
con cara de profundo asco.
Me dijeron que en una hora y media me darían el
resultado, yo seguía en negación, pensando que me saldría negativo, en mitad del
camino a casa me llego el mensaje diciéndome que era positiva. No me dieron
ganas de llorar, no me dieron ganas de gritar, llegue a casa me abrigue y le
avise a mi familia lo que había pasado: lágrimas, llanto, cuadre y comprensión,
en ese orden. Tengo la enorme fortuna, para estos casos, de vivir sola y más
aún lleve a mi hija perruna a la casa de playa de mis papás para que veranee
con ellos, así que como se diría: no tengo ni un perrito que me ladre, lo que
me da paz ¿saben? Porque dentro de todo, no estoy contagiando a nadie, menos a
mi familia. Cosas raras de la vida, al día siguiente de dar positivo, me sentí
fatal, como que hubieran abierto sucursal del 9veno círculo del averno en mi
garganta y como si la bruja Úrsula, de la sirenita, se hubiera llevado mi voz y
claro asumir todo eso sola(sí, déjenme creerme la sirenita dos segundos pues,
estoy enfermita :s). Tome un vaso de leche tibia y me metí a mí cama, a
intentar dormir, obviamente no podía porque estaban cocinando 50 parrillas en
mis amígdalas, me puse a pensar que estaba sola, que estaba enferma, que tenía
covid, que estaba lloviendo, ósea todo lo malo se me vino a la cabeza…pero, no tardó
mucho en entrarme la razón, me encanta esos momentos en los que yo misma me
desahuevo: ¡ya párate carajo! Me saque la
pijama, sacudí todo, ventile los espacios, llene mi toma todo de agua tibia y
le dije al bicho: VAMOS PUES, PARAO Y SIN POLO, no iba a dejar que además de
todo, que me enferme también el alma.
Saque un par de libros que tengo sin terminar, me propuse encontrar esos
polos que tengo perdidos hace meses, sacudí mi mesa de noche, busque esas
series que siempre quiero ver y no puedo y las puse en la lista; procuré
encontrar alguna ocupación. He seguido los consejos de todos mis amigos médicos,
y de mis conocidos y familiares covitosos, lo siento no sé si es correcto
decirlo así: Inhalaciones de eucalipto, paracetamol 1g cada 8 ( me detengo aquí,
para decir que el inventor del paracetamol debe de tener un sitio privilegiado
en el cielo, junto a los más chéveres allá arriba) naproxeno para la
inflamación, gárgaras de agua con sal y si es que me dicen que hay que bailar
el garrapicho 3 veces al día cada 8 horas, juro que lo haré. He hecho todo y al
día sgte. Del día D, día en el que sentí que me iba a la mismísima mierda
misma, puedo asegurarles que me sientí al 70%, y hoy ya estoy en franca
recuperación. Sé que soy una de las privilegiadas, debe de ser porque tengo las
3 dosis y porque mis defensas me aman y no he tenido más síntomas que el de la
garganta y la tos, pero agobia saber que día a día hay más contagios en mi círculo
cercano, hasta de los que más se cuidan. Bien pues, esta post post cuarentena
nos está obligando a extremar cuidados y a asumir esta nueva nueva nueva, muy
nueva realidad, así nos va a tocar vivir de aquí en más, así que apechugemos y
abracemos con amor nuestras KN95 y vamos por todo, sigamos viviendo la vida y
no dejemos que la vida nos viva, pero con mascarilla mis amores y su alcoholsito
siempre.