70.- La cuarentona en cuarentena
Estábamos todos muy frescos en
marzo, me quejaba aun de mis horarios apretados en la chamba, recordaba con
nostalgia mis días de playa mientras cruzaba los ríos que se formaban en las
pistas para poder llegar a casa (si, llueve mucho en esas épocas en Arequipa),
estaba de lo más tranquila, cuando llegó el rumor de una enfermedad que estaba
dejando muchos muertos en China y de un día para el otro se convirtió en una
realidad local que finalizó haciéndonos escuchar a todo el mundo una palabra
que sólo habíamos leído en libros de historia, tal vez la habíamos oído en una
película de terror o en esas de zombis donde las rubias, esbeltas y muy bonitas
muchachas corren despavoridas- todo esto sin una gota de sudor- tal vez en esas
series de médicos que están tan de moda o en alguna película de acción donde
los terroristas amenazan con virus que pueden acabar con la humanidad – no me
di cuenta de lo que escribía hasta que lo escribí- CUARENTENA ¿y qué es eso?
¿cuaren qué? ¿Va a venir alguien a comerse mi cerebro? ¿Va a venir Nicolás
Cague a salvarnos? No es una realidad, sino hasta que te ves encerrada en tu
casa, sin poder si quiera salir a botar la basura sin mascarilla. Aquí me
quiero detener un poco, pues bien cierto es que el título de mi sincero, y
salido de lo más profundo de mis huesos, articulo es: CUARENTENA EN CUARENTENA,
debo aclarar para los seguidores (ja- ja-ja) que no es mi edad, me refiero a la
de naciemiento, no tengo 40 aun, pero estos 7 meses me hacen parecer que los
tengo. Volviendo a esto, hace 7 meses llegue a pasar los 15 días de cuarentena
– si 15 días dijo el presidente- a casa de mis papás, junto con mi fiel
Bernarda – mi hermosa perrhija- y una maleta con 7 calzones – uno para cada día
de la semana y luego lavar- 3 pares de medias – delgadas, porque aún hacía
calor- 2 buzos – para estar en la casa, sí, pueden reírse ahora- 2 polos, 1
chompa , 1 jean y 2 pares de zapatillas. La verdad que esa fue la maleta más
vacía con la que he podido viajar alguna vez, no me juzguen eran 15 días de
cuarentena ¿Quién iba a pensar que no sería así? Quiero dejar en actas que he pasado con ese
guardarropa ya por 3 estaciones: Otoño, invierno y primavera; y sepan que a pesar de todos los golpes por
los que les ha tocado pasar, aún no he tenido que zurcir ninguna media – ni calzon.
Los problemas de vestuario han sido afortunadamente sobrellevados, gracias al
maravilloso auspicio de mis hermanas y al beneficio que da ahora el trabajar
virtualmente y que solo se te vea de la cintura para arriba. Volver a la casa
de los papás siempre ha sido lindo para mí – más aun cuando es por tiempo DETERMINADO
y ya tengo los pasajes de regreso comprados-
el plus en esta situación fue, que no solo yo volví a buscar refugio en
la casa paterna. De vivir sola y tener una casa entera para mí, toca ahora
convivir con 6 personas de diferentes edades, gustos humores y sabores, las que
amo hasta los huesos, pero con los que no había convivido por más de 3 semanas
y no en situación de encierro – siempre había de opción de salir a tomar unas
chelas con los amigos y tomar un poco de aire. Como soy la que menos tiempo
pasaba en esta casa, mi dormitorio se había vuelto el cuarto de estudios, las
computadoras están instaladas aquí, tal como el librero de los escolares de la
casa, mi cama queda en un espacio entre una y otra pc, bajo de la cual transita
una infranqueable, muy confusa y sobre todo sospechosamente peligrosa, maraña
de cables. A las 8:00am en punto inician las clases, por lo que debo de
desalojar mi adoraba y calentita cama, para dar paso a las palabras de aliento,
los consejos de aseo y la asistencia con cámara prendida de la tutora- quiero
confesar que me caía súper bien, pero desde que empezó a tomar asistencia con
cámara prendida, esto cambio- antes de partir, hay que retirar toda evidencia
de presencia mía, así que a tender la cama y ordenar el espacio. El siguiente
paso es buscar una cama donde poder terminar de despertarme, lo que siempre me
toma mucho tiempo. 15 días se pasan en nada, me dije, así que respiraba y
palante. Creo que esta cuarentena, la puedo dividir en 6 etapas:
1era la aceptación con duda, me
encierro como me lo piden ¿pero será realmente necesario? Yo tengo que volver a
trabajar, estamos a inicios de año y tengo un montón de cosas que hacer.
2da la aceptación con miedo: Ok,
me quedo encerrada, pero ¿ya me habré contagiado? ¿Cómo voy a trabajar? ¿Me
alcanzará el papel higiénico? ¿100 mascarillas serán suficiente?
3era el miedo con síntomas:
Tuviste que salir a hacer las compras y aunque saliste forrado hasta las uñas,
llegas a casa con tos y malestar general, tienes mareos. Para ti ya tienes el
virus y te hechas a morir.
4ta el menosprecio: Empiezas a
creer que todo es una conspiración para tenerte encerrado, que esto no es tan
grabe, que están mitiendo, que nos quieren robar, que nos quieren engañar, que
todos mienten, menos los de la gran orden mundial de hermanos mayores. Se te
cruza por la cabeza la idea de tomar cloro para evitar al bicho.
5ta respetuoso temor: Se muere
gente que conoces, dejas de dudar de esto, tienes alcohol en gel sobre todas
las mesas de la casa, tienes un ritual muy estricto para todo aquel que ingresa
a la casa, si es que dejas entrar a alguien: desinfección al 100%. Empiezas a
sentirte cómodo en tu nuevo habitad de 4 paredes.
6ta la resignación: Te despiertas
contento. La lejía y el limpia pisos se sienten parte de tu torrente sanguíneo,
te haces llamar esperancito o esperancita con mucha normalidad.
Además de haber asumido como una
responsabilidad personal la limpieza de la casa, le agarre un gusto culposo a
la repostería, como me lamento de la hora que llegaron los recetarios a mis
manos: Crema volteada, alfajores, compotas, kekes, alfajores de nuevo,
macarrones, pye de lo que sea… no quiero continuar hablando de eso, porque me
siento un poco mal de recordar la talla que subi. No había reparado en eso
hasta que mi hermana encontró la balanza, no quiero seguir por ese camino,
porque es un tema doloroso. Ya le había agarrado gusto a Netflix, pero acabe
con él en un mes, por lo menos con lo interesante ¿no les pasó que ya no tenía
nada más que dar? Es como esa relación que tienes por mucho tiempo y con la que
estás bien, cómoda , tranquila, segura, pero ya no hay nada emocionante, nada
nuevo que hacer, no tiene nada más que darte, pero que no lo quieres dejar, porque
no sabes si lo que viene será mejor, entonces sin dejar tu seguridad, decides
probar en otros lados a ver si te hacen sentir mejor o por lo menos igual, así
llegue a los brazos de amazon, donde no me apena confesar, me siento muy satisfecha,
más aun que con netflix y en búsqueda de más he tenido mis aventuras con fox y
hbo; y esas son las aventuras más emocionantes en las que me he metido en estos
meses.
Quiero hacer un punto y aparte
para analizar un tema serio de cuarentena ¿Qué hay con los ex? El 50% de los
míos me ha escrito, desde el más fresquito, hasta el de la secundaria: Hola,
solo quería saber cómo estabas ¿Cómo? ¿Se presume que la necesidad en
cuarentena sea tan grande que te va a dar una laguna mental? Y quiero decir
también que el consejo de muchas de mis amigas, era que les conteste y
empecemos a “juguetear” on line ¿Qué? Si bien hay muchas cosas que añoro
estando en cuarentena, una de ellas no
es volver con un novio con el que ya cerré el libro, la necesidad no es tanta y
aunque a veces la cosa se pone complicada, una buena refrescada de memoria, te
ayuda a recordar porque es que las cosas pasaron como fue, no pienso permitir
que otra parte de mi cuerpo que no sea mi cerebro, tome las decisiones por mí,
por más que me presione y con fuerza.
Me duele el hombro, la muñeca,
las rodillas y desde hace una semana el talón, me ha dado caspa y se me paso,
me ha dado alergia y también se me paso, me salieron granos y alguno se me
fueron también, dolor de muelas dos veces, me aumentó la medida de la vista, no
quiero decir cuánto pero subí de peso, me tiembla un ojo distinto cada semana y
tengo insomnio. Estoy sana, gracias al universo a Dios, a los apus y a todas
las deidades que deseen, pero siento que en estos meses encerrada se me han caído
encima unos 5 años encima, tengo la absoluta certeza que cuando pueda salir, me
los sacudiré con vehemencia, ya casi tengo definido como será, espero que no
sea corriendo por las calles esquivando zombis o dinosaurios o meteoritos o… ok
basta de series.