Es indispensable recordar muchas
cosas, pero también es en muchas ocasiones fundamental poderte olvidar de otras
tantas, el real problema es cuando no te permiten tomar la decisión de cuáles
son las que quieres dejar y de cuales dejar ir; claro está que en determinada
edad, nuestros recuerdos serán tan livianos que escaparan como pequeñas
burbujas en nuestra memoria uno a uno hasta conservar solamente los más
recientes o los que más nos marcaron; sin embargo, a los aun jóvenes nos puede
pasar esto también, si no es presionados por el estrés del día a día, los
problemas del trabajo o hasta por el bendito clima, los recuerdos pueden
decidir irse o quedarse gratuitamente de tu memoria como si estuvieran
paseándose por el mercado. Lo lamentable es cuando por uno u otro caso, estos
te llevan a pasar momentos altamente desagradables, la memoria puede hacerte
subir hasta las nubes o simplemente darte un empujón y revolcarte en el lodo,
es capaz de asesinar a personas con una gran facilidad, o de eliminar todo lo
que te intentaste memorizar la noche anterior; pues en pocas palabras, la
memoria puede hacer contigo, lo que mejor le parezca. Si todavía no agarran el
hilo, soltare tan solo algunos casos que podrían haberles pasado, o quizás tal
vez ya ni los recuerden. En épocas escolares, esperábamos siempre un día antes
para intentar memorizarlo todo, que si la fecha del combate de Angamos, que la
fecha de la invasión de los turcos, que si los nombres de todos los incas, que
si las fórmulas de trigonometría, que si
los valores de los elementos de la tabla periódica, y si para tu mala suerte
tenías dos exámenes al día siguiente, no podías sino encomendarte a los APUS,
ya te vieras a ti mismo, sentadito en tu pupitre con tu uniforme plomo rata y
tus zapatitos negros mal lustrados, intentando acordarte cual era el inca que
le seguía a Manco Capac, podías recordarte con asombrosa facilidad en que se
había quedado ayer Candy o Natacha, pero se te hacia más complicado que parir
poder recordar el bendito nombre del también bendito Inca, y ni que hablar de
los inacabables números que tenías que aprenderte con “bendita” tabla de los
elementos químicos (tengo la teoría de que el ser humano que la invento estaba
profundamente molesto con el mundo, no tenía amigos, o era realmente ocioso…..de
donde se puede sacar tantos números): que si son metales, que si son lantánidos,
que si la valencia, que si símbolo, que su lugar en la tabla, que si su símbolo,
que si su número atómico…por el caballo de San Martín!!! Quién se puede
aprender tanto!, póngase una mano en el pecho, todos hemos visto esto en el
colegio y hoy por hoy, alguien me podría decir la valencia del (vamos por uno
de los populares, para no hacernos más roche) del oro?, alguien se la sabe?...PUES
NO!! Apostaría que en 3 o 4 de secundaria lo hubiéramos gritado a viva voz,
pero hoy, y eso es algo que se lo quiero agradecer a mi memoria, no tengo ni la
más remota idea. Es muy cierto que en el colegio nos atascan de información,
mucha de la cual debido a los rumbos profesionales que tomamos, se evapora de
nosotros con una facilidad venturosa, pero solo para hacer una pequeña
comparación si nos detenemos un poquito a pensar, en esas mismas épocas, todos
nos acordamos de ese primer muchachito o muchachita que nos gustaba, todos nos
acordamos como si hubiera pasado ayer, de ese quinceañero al que fuiste con los
zapatos prestados de la hermana, en el que bailaste con el susodicho por
primera vez, o de aquella borrachera que te metiste en casa de tu mejor amigo,
o de esa canción tontísima, que decretaron como canción de la promo, claro de
todo eso si, pero que me puedes hablar del coseno de 74??. Claro que como eso
no es algo que haya mucho que reprocharle a la memoria por haberlo eliminado de
ella, sin embargo, hay otras tantas de las que si nos podríamos quejar; cuantas
veces te ha pasado que te encuentras en la calle con alguien que te saluda
afectuosamente, y lo hace por tu nombre, hasta te pregunta por la familia y tu
estas en el más completo vacío, no le atinas al nombre, no te acuerdas de la
cara y mucho menos de donde puede ser que la conozcas, durante toda la
conversación procuras evitar poner cara de confundido y de evitar que se note
el signo de interrogación que se ha formado sobre tu cabeza, lo tratas con el
mismo cariño que él, intentando claro que no lo perciba, le sufrimiento viene
cuando te pide tu teléfono, y te timbra para que tu guardes el suyo, no te
queda más que aludir prisa y salir corriendo de ahí antes de que el desconocido
descubra que no tienes ni idea de quién es. Y digo yo, que bueno sería si así
fuese para todos los casos, pero no lo es; es donde viene lo que yo llamo EL
RUMEO MENTAL, que es cuando una situación o idea te está dando y dando y dando
vueltas por la cabeza conseguir poderlas eliminar. A ver si te puedes olvidar
de esa vez que en medio de una fiesta en la que estabas gileando con alguien
JUACATE, te sacaste la michi: PUES NO!, no sale nunca de tu cabeza, está dando
y dando vueltas y vuelve cuando menos lo necesitas; a ver si te puedes olvidar
de esa vez que tu jefe gritoneo en frente de todos tus compañeros: PUES NO!, está
dando y dando vueltas por la cabeza, más aun cada vez que lo veas, y no hay
cantidad de alcohol suficiente que lo haga olvidar; a ver si te puedes olvidar
de aquella vez que choteaste una chamba porque no te parecía suficiente y que
la persona que sí lo acepto está viviendo ahora en New York con un sueldaso que
ya quisieras, eso nuuuuunca se sale de tu mente, esta vuelta vuelta y vuelta para
atormentarte en el momento menos esperado. Y si de pensamientos rumeantes vamos
a hablar, no podemos dejar de hablar de los relacionados al amor: primero
cuando te enamoras estas piense y piense en esa persona, hasta en los momentos
menos indicados se te viene a la mente, si cuando estas en una reunión de
trabajo, si cuando estas en el gimnasio, si cuando estas comiendo un rico pollo
a la brasa, hasta cuando estas en el baño se te viene a la cabeza esta persona;
y en segundo caso, cuando terminas con esa persona, está dándote y dándote vueltas,
que si vas a comer algo, te acuerdas que a esa persona no le gustaba; que si te
pones algo te acuerdas que te decía que ese color no te quedaba bien; que si
caminas por alguna calle, te acuerdas que te decía que le encaban la pizzería
de esa calle… A VER, A VER MI QUERIDA MEMORIA, PORQUE ESOS RECUERDOS NO LOS
SACAS CON LA MISMA FACILIDAD CON LO QUE SACASTE TODAS LAS ECUASIONES DE
MECANICA CUANTICA, RELATIVIDAD Y TERMODINÁMICA!!!Como esto no es suficiente tormento, por el otro
lado también puede eliminar de tu cabeza datos importantísimos para ti como por
ejemplo la clave de tu mail, o el clave de tu tarjeta de crédito(fundamentalmente
si tienes más de 10 y tuviste la genial idea de ponerle a cada una, claves
distintas), cuando quedas en salir con una persona, o cuando quedaste en llamar
a alguien, cumpleaños, aniversarios, bautizos, el día que te compraste el
carro; cosas que salen de tu mente con una facilidad sorprendente. En algunos
casos me he visto presionada a ponerme marcas para poder recordar las cosas que
debía hacer: inicialmente me amarraba cintitas en los dedos o en las muñecas,
pero luego no recordaba para que me las había amarrado, hay una que llevo en mi
muñeca hace 3 años y todavía no me acuerdo porque fue(es totalmente cierto); al
ver el fracaso de esto, intente (bajo consejo de una amiga, que me dijo le
funcionaba a la perfección), apuntarme en la mano lo que tenía que hacer, así
pues llegaba de la universidad con la mano garabateada y sin espacio para una sola cosa más, podían
pasar dos cosas (dependiendo del lapicero) que se borrara en la primera lavada
de manos y se me fuera todo por el desagüe literalmente o que se quedaran ahí
en mi muñeca por más de una semana ( olvide revisar si es que el lapicero decía
indeleble). Posterior a eso y analizando la posibilidad de ser una profesional
que va a trabajar con una escritura en la mano que dice NO TE OLVIDES DE
COMPRAR PAPEL HIGIENICO, llegue a la conclusión que la mejor salida para esto
podría ser una agenda, que es lo que ahora me mantiene viva(y mis relaciones
sociales también), claro está también, que en ella están todas y cada una de
las cosas que quiero recordar y otras de la que debo obligarme a olvidar, por
lo tanto, no puede caer en manos enemigas, como me dijeron alguna vez, en mi
agenda están los secretos mejor guardados del mundo, de mi mundo claro, y
genial con eso salgo un poco a flote, sin embargo lo malo de la agenda es que
puedes apuntar nombres y lugares pero no caras, eso de estar pegando fotos de
las personas que conoces es como muy de secundaria(ni que fuera un slam!), así
que ha seguir tomando mi agüita de maca para hacer funcionar bien mi memoria,
caso contrario no llego a viejita…hablaos!
Tienes un muy buen punto de vista :) me agrada, tu estilo
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