martes, 6 de mayo de 2025

 89. Mi cuerpo habla

 

Ahora que estoy en este proceso de sanación, me he propuesto escuchar podcast que me acompañen en este camino, en el que estoy aprendiendo bastante, sobre todo de mi, escuche uno en el que hablaban únicamente sobre el cuerpo, y como este nos trasmitía mensajes, que habían muchos estudios que lo probaba, que cuando uno no sabe gestionar las emociones el cuerpo lo traduce en enfermedad y muchas veces a pesar de ir al medico a que te sane, no se encontraba el tratamiento porque no se trataba el interior, el ser de la persona enferma, por eso las enfermedades avanzaban hasta situaciones más y más complicadas. Puede parecer esto una enorme tontería, pero claro tienen toda la libertad de no creerme y puedo hasta estar mintiendo, tocaría revisar un poco, pero si lo pensamos un poco en frío se podría entender mejor, cuando enfrentamos una situación complicada, dolorosa o estresante, tensas tu cuerpo y hace que en tu cerebro se active la respuesta para sobrevivir,  lo que piensa tu cerebro entonces, es que estas frente a una situación de vida o muerte y envía la orden a los órganos que se ven directamente afectados, de que se preparen para sobrevivir, entonces estos pueden empezar a producir muchas células, a producir menos o a dejar de funcionar como siempre hasta que se pase la amenaza, hasta aquí estamos entendiendo, pero si nosotros no gestionamos esa emoción y solo la empujamos más al fondo a un lugar donde no se vea, la emoción sigue ahí y el cerebro sigue pensando que estas en la misma situación de vida o muerte y las señales que el manda son las que se darían para este caso, ojo que el cerebro solo tiene la misión de mantenernos vivos, no de mantenernos felices, su misión es ser eficiente, hacer de todo para que nuestro cuerpo funcione, lo demás es tarea de otra oficina. Pues bien, hasta aquí esta todo medio claro, pero se nos desarma el escenario, no tenemos a nadie más a quien culpar, pues además de todo, las enfermedades que nos puedan estar pasando son por las emociones que no nos permitimos pasar y es que se dice tan fácil, pero aquí me ven con la vena del ojo saltada y con dolor de talones que no me dejan caminar, intentando gestionar la tristeza con la que estoy conviviendo desde el 2024, no se me reventaba así el ojo desde ese viaje familiar, en el que me sentí tan soberanamente sola, como me vengo sintiendo estas ultimas semanas, escuche también en ese podcast que cuando te enfermabas, era también parte del proceso del cerebro de dar por terminada la situación de estrés, ósea como que ya mando la orden y el hecho que este dando a cabo y avanzando en el proceso es que la orden ya se cumplió y no fue renovada, y aquí con el parche en el ojo digo ¿yuju? Que jodido realmente, esto del trabajo interior y personal es realmente agotador, ayer después de la terapia, me sentía tan cansada y no solo porque me deshice en llanto, sino porque según yo ya estaba mejor y abrí una puerta que ni sabía que existía, me desarmó tanto, que después de la sesión, estaba tan cansada, más que cuando corro 13k: me dolían las piernas, los brazos, la cabeza; solo quería dormir, era pues mi cuerpo manifestándose. La curación del alma, el volverse a construir emocional y espiritualmente, es un proceso que sin requerir de esfuerzo físico intenso, es sumamente agotador, y nuestro cuerpo nos exige detenernos, pararnos a respirar, a rearmarnos, a ver el pequeño paso que hemos dado para salir de ese lugar. El domingo conversaba con unas amigas que empezaron a ir al psicólogo y decían: Si, esta bien; y yo les dije, es sumamente retador, van a tener más de una oportunidad en la que van a querer dejar de ir, porque les va a resultar muy doloroso, van a abrir heridas que ni siquiera sabían que tenían y eso las va a desanimar, pero no decaigan, lo que se siente al atravesar eso y saberse libres de ese peso, es algo que no tiene precio, es muy doloroso, abrir esa puerta que hemos ignorado tanto tiempo y ver como se caen todas esas emociones que encerramos ahí hasta taconear ese cuarto, para nunca más volverlas a sentir o a experimentar, es un proceso doloroso, difícil y muy solitario, sanarse una, es un camino que se debe de transitar sola y sin dejarse tirar abajo.

Hubo algo que me gusto mucho de lo que escuche en el podcast que les comento: lo importante que es hablarnos bonito, porque finalmente el cerebro entiende las cosas, como nosotros las entendamos. Si cuando perdemos el trabajo, nos decimos que es el fin del mundo y que no vamos a salir de esa, el cerebro mandará dos mil señales a todos de que tenemos que huir y buscar sobrevivir, sin embargo, si nos abrazamos, nos dejamos sufrir, sin fatalismos y tratándonos con amor, este entenderá que no hay riesgo de muerte y que vamos a sobrevivir y nos dejará pasar por esto con calma. Dice mi mejor amiga cuando le cuento lo cagada que estoy: ¡POR QUÉ TE HABLAS ASÍ! ¿Tú me hablarías así? Y yo le digo que jamás la trataría así y me dice, entonces ¿por qué te hablas así? Pero me cuesta un montón hablarme bien, estoy tan acostumbrada a decirme cosas feas y pensar en lo peor, que el cambio me esta costando mucho, pero no se me hace imposible, me estoy abrazando también desde ahí, comprendiendo que lo que le digo a mi cerebro es la respuesta que va a tener mi cuerpo, y que mi ser y mi yo también merece ser tratado con amor, y como parte de mi auto cuidado de cuerpo y alma, voy a tratarme mejor.