La música es sin duda una
herramienta maravillosa para muchas de las actividades diarias, tiene la facilidad de cambiar nuestros
estados de ánimo de un extremo hacia el
otro, en cuestión de 3 minutos: te puede llevar desde la histeria total con un
rock pesado, hasta la más profunda sensación de paz y quietud con un bello
bossa nova o una maravillosa pieza clásica. Sin embargo, la música no es
simplemente eso: una herramienta, es mucho más, es parte esencial de nuestras
vidas, muchos no se han percatado, pero probablemente pasan más del 60% de sus
días escuchando por alguna u otra razón música; bien en la oficina, en el bus,
en la casa, hasta en el celular cuando entra una llamada. Particularmente la
música es parte importante de mi vida, sinceramente yo prefiero mil veces
escuchar música que ver tv, además de que es menos demandante, pues puedes
hacer un millón de cosas mientras la escuchas y sin siquiera percatarte pueden
enmarcar momentos importantes de tu vida. Por ejemplo, precisamente ahora
mientras escribo y suplico a la inspiración no abandonarme antes de concluir
todas las líneas, al mismo tiempo que le ruego al sueño se siente a mirar tv un
ratito más y no me jorobe todavía, he colocado mi playlist de “movidas y
alegronas” para poder seguir el ritmo. Tengo una pequeña teoría, yo creo que
viendo la música que una persona escucha, puedes saber quién es, ósea vendría a
ser más o menos: DIME LO QUE OYES Y TE DIRÉ QUIÉN ERES. Pues claro uno se pinta
de cuerpo entero en la música que escucha, si encuentras todas las versiones
existentes en este planeta y en los más cercanos de A PURO DOLOR, sin duda
estas cerca de un fan no solo de música romántica, sino del masoquismo. Ahora
para ser, nuevamente, profundamente sincera, yo detesto con todas las fibras de
mi ser a la música romántica, odio cuando me subo a un bus en el que tengo que
soplarme un recorrido de una hora, y el conductor se pasa el camino completo
tatareando la baladita más melosa del mundo, mucho peor es cuando estas en un
lugar en el que la única radio que consigues captar es la que pasa las
baladitas más románticas del milenio, no puedo sino irme arrancando lentamente
uno a uno mis cabellos; sin embargo, y con una mano al pecho, no negare que dentro
de mi playlist, tengo una lista de canciones, a las que tengo tituladas “corta
venas”, estas solo son escuchadas en caso de emergencia: cuando tengo ganas de
deprimirme hasta la medula de los huesos; en esas ocasiones en las que me
siento profundamente triste, entonces no puedo sino acelerar el proceso y en
lugar de ponerme alegres merengues o mambos, me meto lo más meloso de la música
romántica en español, en inglés y en portugués, para terminarme de mandar a la
M, y así poder terminar con el proceso. No soy para nada selecta en la música,
puedo escuchar perfectamente una cumbia, pasar a un jazz, luego música
latinoamericana, y terminar en un rock pesado; teniendo siempre en claro mis
límites: nunca oigo nada que no pueda entender, por la cantidad de gritos que
se emiten durante la pista, y tampoco música cuya profundidad de la letra pueda
provocar una ola de suicidios en mis neuronas. Lastimosamente cuando una
canción me gusta, me aferro a ella con tanta voracidad, que me pasa lo mismo
que con toda seguridad le pasa a todos, la escucho un millón y medio de veces,
pongo la opción de repetir sola esa canción para así escuchar dicha canción durante
todo el día un darle siquiera un respiro al cantante para un vasito de agua: la
paso al celular, la pongo en la computadora, me la bajo en un disco, la paso al
mp3; en pocas palabras la tengo en todas partes, la escucho tantas pero tantas
veces, que para terminar la semana, no la puedo oír más porque me resulta
insoportable; es por eso que de hace un tiempo para aquí, canción que me gusta,
la reviento una semana para luego borrarla de la memoria y esperar que la vida
me la vuelva a poner en el camino y poder volverme a sentir tan feliz como la
primera vez que la escuche. A todos los debe de haber pasado que cuando
escuchan una canción se pueden transportar a muchos lugares, o recordar a
algunas personas; no me dirán que “sopa de caracol” o “el baile del mono o del
perrito”, no los hace retroceder hasta las épocas de los cumpleaños de sus
papás cuando bailaban con los tíos y los compadres en la sala, o cuando
escuchan a Yola o alguna de Nubeluz, no retroceden a los mejores años de sus
épocas escolares, cuando en alguna actuación para el día de la madre o del
padre, se tuvieron que aprender algunos pasitos para bailar en el patio del
colegio. Por algún extraño motivo existen algunas canciones que no tienen nada
que ver con los recuerdos a los que me hacen evocar, mas por alguna razón
mientras sucedieron esos hechos que se quedaron grabados en tu memoria, estas “poco
relacionables” canciones tuvieron la buena suerte de ser puestas por algún
ochentero o setentero Djs con peinado retro y pantalón campana que se animaba a
programar; por ejemplo a mí la canción: “chica de humo” de Emanuel, me hace
recordar a mi mamá cocinando arroz con pollo ( en olla, claro antes de que se
creara la olla arrocera),mientras yo pequeña intentaba aprender a escribir y
dibujaba por las paredes de mi casa, tal vez lo recuerdo más, por la gritada
que me dieron cuando vieron las paredes, bueno o malo, recuerdo al fin; sin
embargo hay otras canciones que sin lugar a dudas marcaron época; no me negaran
que cada vez que escuchan los pegajosísimos acordes del “el meneíto”, “ la
macarena”, el “asereje” y por favor no
pasemos por alto la fiebre de la música AXE con sus coreografías complicadas,
las que nos teníamos que aprender si o si porque casi contrario serías la única
en la fila de gente que bailaba en el quinceañero que se quedaba parada, que
estuvieron de toda moda en el 2000; ahora que tenemos más tiempo y menos
interés, alguien gusta detenerse a escuchar la letra de estas…dicen algo?. Las
letras de las canciones están inspiradas en vivencias de los compositores, o de
alguna experiencia que escucharon y les dio la inspiración. En muchas canciones
encontramos extractos de nuestras vivencias, casualidades con nuestra vida;
ahora bien seamos profundamente no me podrán negar que son las cumbias y
chichas en las que se encuentran narradas casi a detalle, casi con nombre y
apellido, nuestras más profundas y deprimentes historias de amor y despecho.
Como olvidarnos el memorabilísimo “Largate”, o del famoso “ A llorar a otra
parte”, sin contar con las canciones de la faraona Marisol, aquellas que tienen
a bien decir: “te doy 5 minutos para que saques tus chibas si no te saco la
con…ciencia sucia”, o aquella de Tony Rosado que dice: “fuiste tú quien me enseñó
a amar y hoy por tu traición aprendí a odiar, gracias a ti”; una espectacular
receta para un despechado, un disco de mixes de Marisol y Tony Rosado, una caja
de cervezas, el celular apagado y no hay dolor que no pase, pero hay otras
cumbias que no solo hablan del despecho, pueden narrar a la perfección tus
estados de vida, como aquella de “cantinero, llego el cervecero, sáquenme mis
copas sírvanme mis tragos, que quiero beber y beber y beber hasta morir”, un
himno; y que decir de los boleros cantineros, quien no ha cantado en algún
momento de su vida esta popularísima canción que dice “déjenme vivir mi vida,
yo no soy malo con nadie, si soy un borracho, si soy un perdido, si soy un
bandido, yo vago en mi mundo y soy vagabuuuuundo”; hay otras canciones que te
todas formas nos dan una incesante sed, además de los boleros cantineros, hay
una que otra canción criolla que hacen dar una sed, fundamentalmente cuando se
las escucha a medio día , con un cebichito al frente..uyyy no hay ser humano
que se les pueda resistir. También hay otras canciones que escuchas y que
deseas profundamente que algún día se conviertan en tu historia, como aquella
de : “me gustas tú solo tú y nadie más, me gusta como caminas que pareces
flotar”, o aquella de “quisiera ser el aire que respiras, quisiera ser el rizo
de tu pelo, quisiera ser tu séptimo sentido, quisiera ser un voltio en tu
bombillo”; pasan la vida entera soñando
que alguien se las cante y con toda certeza que se quedarán con las ganas de
todas formas. En fin, hay millones de canciones que te tocan hasta la fibra más
profunda de tu ser, a veces para mejorarte el ánimo, otras tantas para mandarte
al mismo cuerno, pero no cabe duda que sin ella no se podría estar, inténtalo un
día a ver cuanto duras…hablaosss